Empleados y funcionarios no son iguales en cuanto a las dificultades que supone el teletrabajo. Esto es lo que se desprende de una reciente encuesta de la Dirección para la animación de investigaciones, estudios y estadísticas (Dares). ¿Cuáles son los impactos en sus condiciones laborales? ¿Qué formación puede ayudarles a gestionar mejor el teletrabajo?
Los trabajadores del sector público enfrentan más dificultades para trabajar a distancia que los trabajadores del sector privado, señala Dares en una encuesta publicada recientemente. Con mayor frecuencia encuentran problemas técnicos, como dificultades de conexión. Y además cuentan con recursos materiales insuficientes o menos adecuados.
Según esta encuesta*, los teletrabajadores que experimentan dificultades materiales también experimentan un aumento significativo en la duración y la intensidad de su trabajo. Esto está particularmente relacionado con tener que “trabajar bajo presión” y “pensar en demasiadas cosas al mismo tiempo”.

Alexandra David-Ardite, consultora y formadora en gestión, comunicación y negociación, identifica opciones de formación para permitir a los agentes y sus directivos teletrabajar de forma más eficaz.
*Encuesta a 5.520 empleados y funcionarios públicos que trabajaron de forma remota entre marzo de 2020 y enero de 2021, utilizando herramientas informáticas al menos tres horas diarias como parte de su trabajo y utilizando videoconferencias.
Un mayor deterioro de las condiciones laborales en el servicio público
El estudio analiza las prácticas de teletrabajo en el sector público y privado (a enero de 2021). Identificar cinco perfiles de teletrabajadores. Es en la categoría llamada «vulnerable», donde las dificultades relacionadas con el teletrabajo son más notables, donde se encuentra la mayor proporción de trabajadores del sector público. En esta categoría, de hecho, casi uno de cada dos teletrabajadores está empleado en una administración.
Exclusivos
Representan el 25% de los teletrabajadores. En este colectivo, el teletrabajo cinco días a la semana es la norma (ocho de cada 10 teletrabajadores). Se trata principalmente de empleados (87%, frente al 13% de los trabajadores del sector público). En la mayoría de los casos se trata de directivos, pero más raramente otros directivos realizan tareas de supervisión sobre otras personas. Tienen experiencia en teletrabajo antes de la crisis. Creen que tienen suficientes recursos diarios para trabajar de forma remota.
Intensivo
Representan el 30% de los teletrabajadores. Teletrabajan de uno a cuatro días a la semana. Este grupo también está compuesto más por empleados (76%) que por funcionarios públicos (24%). Estos ejecutivos altamente calificados en ocasiones tienen experiencia previa en teletrabajo. A menudo se benefician del apoyo de los empleadores para los medios materiales del teletrabajo (en particular, equipos informáticos).
Vulnerable
Representan el 17% de los teletrabajadores. También teletrabajan de uno a cuatro días a la semana. Sin embargo, se diferencian del grupo anterior por dificultades significativas al trabajar de forma remota. Encuentran problemas de conexión, dificultades con las aplicaciones digitales o diversos problemas de hardware. Desde el inicio de la crisis sanitaria sólo utilizan una práctica híbrida de teletrabajo y por periodos cortos de tiempo. Antes de la crisis tenían muy poca experiencia en teletrabajo. Luego descubrieron nuevas herramientas digitales. Y el tiempo que dedican a utilizar TI ha aumentado. En este grupo, Casi la mitad de los teletrabajadores (44%) trabajan dentro de una administración.más a menudo como profesión ejecutiva e intermedia.
Aleatorio
Representan el 15% de los teletrabajadores. Este colectivo practica el teletrabajo de forma puntual: uno o dos días a la semana como máximo. Alrededor de uno de cada cuatro teletrabajadores (27%) trabaja en el sector público.
Excepcional
Representan el 13% de los teletrabajadores. Su experiencia de teletrabajo se limitó al primer confinamiento en marzo de 2020 con la práctica exclusiva del teletrabajo por un periodo de uno a tres meses. Ya no lo practican en absoluto. Rara vez utilizan herramientas digitales, teletrabajaban poco antes de la crisis y se benefician poco del apoyo de su empleador para el teletrabajo. El 40% trabaja en el sector público, a menudo como directivos o profesionales intermedios.
Dificultades en varias áreas.
Por tanto, en la función pública, el teletrabajo va acompañado de un mayor empeoramiento de las condiciones laborales que en el sector privado, según el estudio de Dares. Y esto, dentro diferentes tamaños :
- conflictos de valores;
- dificultad para equilibrar la vida privada/profesional;
- demandas emocionales;
- horarios escalonados (tarde, noche, muy temprano en la mañana);
- duración del trabajo;
- intensidad de trabajo.
Un impacto en la salud de los agentes del sector público
El teletrabajo también afecta a la salud de los trabajadores del sector público.
De hecho, se trata de teletrabajadores con un perfil «vulnerable», en el que el sector público está muy representado más afectado por un aumento del dolor físico y alteraciones del sueño. Para Dares, el deterioro de la salud física y mental está asociado a malas condiciones para organizar el teletrabajo. Esto provoca jornadas laborales más largas, mayor sedentarismo y aislamiento. Estas disfunciones aumentan los riesgos psicosociales.
¿Cómo fortalecer habilidades esenciales para el teletrabajo?
En su reciente artículo sobre el teletrabajo en la función pública, Alexandra David-Ardite identifica las habilidades esenciales que se deben desarrollar o adquirir para optimizar el teletrabajo.
Por tanto, para que el teletrabajo sea eficaz es necesario:
- ser autónomo;
- monitorear su actividad;
- tener habilidades organizativas;
- ser capaz de gestionar su tiempo;
- saber comunicar.
El apoyo de los agentes del sector público por parte de sus directivos es una de las claves del éxito.
De manera similar, las autoridades de supervisión también necesitan apoyo para adoptar métodos apropiados. También formación que les permitirá adquirir y/o desarrollar habilidades adecuadas para la gestión remota y la gestión híbrida.
¿Qué áreas de formación del servicio público?
Los supervisores se beneficiarán de la capacitación en gestión del cambio, así como de la identificación y dominio de nuevas herramientas.
Al ofrecer una mayor flexibilidad, el teletrabajo también requiere generar confianza con los equipos. Por tanto, la comunicación debe ser adaptada y motivadora. En este ámbito, dominar las técnicas de feedback y saber adaptar la forma de comunicar a través del vídeo es una ventaja.
Más opciones de formación: Optimice la gestión de su tiempo cuando trabaje de forma remota y desarrolle su enfoque cuando trabaje de forma remota.
En general, optimizar el teletrabajo en la función pública supone apoyar el desarrollo de las capacidades de todos los agentes.
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